lunes, 12 de septiembre de 2011

Essaouira, Marruecos


Para escapar de Marrakech nos fuimos a Essaouira,
en la costa Atlántica. En teoría, la otrora meca de los hippies y la ciudad mas relajada de Marruecos. La realidad, una muy pintoresca ciudad/puerto, una playa en donde las mujeres esperan en el malecón a que sus maridos se bañen y chapoteen en el mar, o en el mejor de los casos se bañan en el mar con ropa. Paseamos por la ciudad amurallada mucho mas tranquila que la de Marrakech, por los socos, y por el malecón. Tratamos de ir a la playa pero lo descrito anteriormente lo hacía intimidante. Había una sola mujer en bikini, turista y 500 ojos a su alrededor.

El highlight fue el Hammam, una especie de baño turco marroquí. Normalmente son separados para hombres y mujeres, pero fuimos a uno mas turístico donde entramos los dos. Primero nos hicieron un gommage (o exfoliación), una domadora de ballenas nos indicaba que hacer. Sit! ... Down!... Arms!... y nos sobaba el cuerpo con una esponja áspera y sabón noire... luego de habernos quitado toda la carca de encima nos lavó y enjuago y pasamos al masaje. Muy bueno y grasoso. La relaxation Marrocaine.

viernes, 12 de agosto de 2011

Marrakech, Marruecos

Cuando llego a un lugar nuevo, siempre abro bien los ojos y guardo en mi memoria ese primer desfile de imágenes, olores y sensaciones. El 23 de Julio del 2011 pisé por primera vez el continente Africano. Todos mis sentidos estaban atentos ante la esperada avalancha de estímulos. Me encuentro con Deborah en medio de la plaza Jamaa el Fnaa en Marrakech, en medio del mar humano, música y olor a parrillada.
- Deborita, si nos perdemos nos encontramos en...
- No, no, no... no nos podemos perder!!!!!!
Y asi bien agarraditos de la mano desfilamos por la plaza pasando danzarines, fakires, contadores de cuentos, puestos de jugo de naranja y aterrizamos, ante la necesidad de llenar la panza, en uno de los puestitos de comida que se montan todas las noches. Me encantaría decir que la experiencia terminó con una suculenta cena marroquí, pero lamentablemente, la realidad fue que el tajine de pollo (una especie de guiso servido en platitos de barro) era incomible, si era pollo o no, queda en duda ya que los huesos que me dieron bien podían ser de cualquier animalito. Al final, la cuenta llegó por mas de 200 Dirhams (20 Euros) y claro está que el pancito que apareció apenas nos sentamos no era de cortesía. Mi cara de boludo perdido se acabó esa noche.

Plaza Jama el Fnaa

Los días en Marrakech empezaban
temprano para aprovechar los momentos de menos calor. Paseamos por las callecitas de los socos (mercados) lo cual te transportabaen el tiempo. Para comprar una tetera nos embarcamos en una sesión interminable de negociación con el tendero. Bien peruano yo creía que era el rey de las negociaciones, pero con los arabes, siempre queda la sensación de salir perdiendo...
por mas que te lleves el producto a la mitad del precio ofrecido inicialmente. Aqui, en los socos empezaron los problemas con los Marroquíes. Visitamos la Madrassa Ben Youssef (Madrassa es la versión Coránica de una Yeshivá), el museo de Marrakech, el palacio de la Bahia, todo impresionante. La sinagoga, el barrio judío. En realidad toda la ciudad es como un cuento de hadas. Las callecitas rosadas, los templos, la muralla...


Todo bien hasta que nos topabamos con gente. Ojo que mi predisposición era la mejor. Estaba muy animado. Había escuchado muy buenos comentarios sobre la hospitalidad Marroquí. Pero no, cada una de las personas con las que tuvimos que interactuar fue mala onda. El taxista quenos recogió del aeropuerto, el dueño de la tiendade ropa que nos tiró la falda encima porque no se la compramos, el jalador que nos mandó a dormir porque no queríamos comer en su hueco, el niño que nos guió en el mellah, el tipo en el Shuk que nos insultó porque no queríamos recibir sus indicaciones... y la lista sigue... que nuestra actitud no era buena... no me jodan! He viajado bastante y soy muy respetuoso con la gente local... Estos eran agresivos y amargados. Punto.

jueves, 11 de agosto de 2011

Paris, Francia

El Charles de Gaulle nos recibió con un arco iris... doble... doble fue nuestra sorpresa también cuando al salir del avión hacia un frío de cagarse. Julio en Europa, con frío. Inaudito. Pero las bajas temperaturas fueron opacadas por la calurosa bienvenida de Olivier quien nos esperaba en el aeropuerto junto con Jaya. Con su sonrisa de siempre, con su mochilita y esta vez sin pelo. ¿Que rico es que te reciban en el aeropuerto, no? Algo asi como volver a nacer, sales de las entrañas del avión y alguien te espera.

Paris luego de 5 años está exactamente igual pero totalemente diferente (same same but different como quien dice). Las calles, plazas, parques, las veredas, los semáforos, los basureros transparentes, los buses,las estaciones de metro. Carajo, cada cosita me trae tantos recuerdos.
Pero a su vez, esta vez, es totalmente diferente, soy turista en mi segundo hogar y llevo a Deborah, quien viene a conocerlo. Es el segundo porque en el primero, está solo la mitad de mi apellido, aca en Paris está la otra parte. Llegamos a la casa de Danaé y nos recibieron con mas abrazos sinceros, Rico con mas sonrisas y la gata Salomé, con la mirada desconfiada de quien ve su reino invadido.

De viaje, los días se pasan rápido, en Paris hay mucho por hacer. Mucho por caminar. Y yo tengo mucho que descansar. Dificil la vida del turista que tiene que equilibrar el descanso con el trajín. Bueno, bueno. Paris. Metro. Cierra los ojos. Torre Eiffel. Lluviecita. Cruzar el río. Campo de Marte. Bateaux Mouches (Bató Mushhh). Paris desde el río. Caminar. Jardin vertical. Invalides. Caminar. Hambre. Crepes. Sanit Germain. Luvia. Cansancio. Y de vuelta a casa. Cumpleaños de Rico!! Paris. 2do día. 3er día. Lluvia. Putain. Galeries Laffayette. Les passages couverts. Es increible. Viví un año, 365 días y no conocía esta parte de Paris. En la noche hubo cena familiar en el restaurant Vietnamita. Nadie se puede morir sin haber probado un Bo Bum. Estuvieron los mismos de siempre mas tante Fanny. Estoy sorprendido con mi Francés, aunque un poco oxidado, sale en mi defensa con bastante agilidad.


Yo, Fanny, Rico, Jaya, olivier y Danaé

4to día. Ya mas adaptados a la vida Europea, con nuestros pies curtidos, nos volvimos inseparables con los parapluies. Salían en nuestra inmediata defensa cuando atacaban las cumulonimbus. Con Sally tomamos del buen vino... y del buen queso (Chevre, camambert, Compte...). 5to día. Pasamos Notre Damme, cruzamos a Ile Sant Louis. ¿Conocen alguna heladería que cierre en los meses de verano?. La mas famosa de Paris, Bertillon, cierra Julio y Agosoto. Almorzamos en un bitró Parisino junto con Fanny y Danaé. Visitamos el memorial de la Shoá y Conocimos la butique de Danaé, Venus sur Cour, en Village Sant Paul, joya. En la noche, Lido, oh la la... trop de champagne, parlez vous francaise?.

6to día. De despedida, Paris nos dejó ver el cielo en los jardines de Luxemburgo. Alucinantes las flores en todas partes. Venían mas recuerdos de hace ya varios años cuando nos echabamos a comer el baguette y descansar en los jardines junto con los amigos de la Alliance Francaise. Para el almuerzo no podía irme de Paris sin la mundialmente famosa Hamburguesa del Coolin! y una Guinness bien helada on the house. Fina cortesía de Gabriel. La última noche. La trisite despedida con la alegría de Danaé, Rico, Olivier y Jaya.

Hola familia!
What a great picture! It was such a nice dinner... I am back in Lima now... but my head is still traveling. Thank you for everything, you all made me feel at home in Paris. I miss the rain, I miss Salomé, I miss the croissants in the morning, Camambert, Francois´s wine, Danaé´s salads, Rico´s laugh, Olivier´s friendliness...
See you soon... in Perú! a bientot!

martes, 26 de abril de 2011

Máncora, Peru

Máncora, año 1999. Armados con 50 latas de atún y una carpa, yo y 7 amigos mas nos enrumbamos hacia el norte del Perú para celebrar el año nuevo del milenio. En esos gloriosos tiempos Máncora eran algunas bodegas al borde de la Panamericana Norte a 1200 Km. de Lima y una playa enorme... Hoy, poco mas de 10 años mas tarde las cosas han cambiado... un poco. Aquella enorme playa ha sido invadida y hoy, desde la carretera ya no se ve el mar. La reina de belleza en potencia ha sido ultrajada, pero guarda su encanto.




Este viaje fue diferente, familiar, intimo. Yo, papas, hermana, cuñado, sobrino y Deborah. Afortunadamente el pueblo era solo visitado para hacer compras y en la última noche para comer en La Sirena de Juan (altamente recomendable). Estuvimos en la zona de Las Pocitas, en una casa casi casi encima del mar. Sin ventanas era como dormir en la playa misma. Máncora guarda su encanto. Por mas que se ha hecho todo lo posible por arruinarla, sigue bien parada. La playa, la arena, el mar templadito, las pocitas, los cerros, todo el conjunto es un
producto de exportación. Al viajar con personas mayores (mis papas, ya están tíos) me doy cuenta de lo complicado e incomodo que es llegar y transaladrse por Mancora. La infraestructura en el principal destino playero del Perú no ayuda... trochas ruinosas, la principal autopista del país pasando por medio del pueblo y un pueblo que crece de forma caotica... sin embargo y contra todo lo anteriormente dicho, Mancora es de puta madre.